Cuando viajas tienes mucho tiempo para pensar. O más bien para comerte la cabeza. Quizás demasiado. Pero no podéis esperar mucho más de mi. Me conocéis más que de sobra. Y esta claro que si recurro a esto es por otra de mis neurósis.
Faltan menos de 3 meses para que mi vida de un cambio de 360 grados. Tú te irás por tu lado y yo por el mio. Como si no hubiese pasado nada. Cuando en realidad ha pasado todo y tú te has convertido en algo importante. Mucho. Pero tú eso no lo sabrás. Al menos yo no te lo diré. Mejor vivir en la ignorancia a arriesgarte a que todo quede al descubierto. Frágil. Desprotegida. Sólo yo, desnundándome frente a ti. Viendo como todo lo que un día intenté ocultar, ahora aparece de entre las tinieblas de mi yo más imperfecto, saliendo a la luz. Yo, mientras, sigo preocupándome por cosas sin ninguna trascendencia. Me dan miedo los finales. Me aterran más bien. Y me cuesta enfrentarme a ellos. Intento evitarlos. Aunque sin éxito alguno. Los cambios son inevitables. Tienes que aprender a aceptarlos tal y como vengan. Porque a la larga pueden incluso beneficiarte. Pero basta ya de pensar en futuros inciertos y centremonos en el presente. O ni eso. Porque últimamente no sé ni dónde vivo. Estoy entrando en un maldito bucle de autodestrucción y ultimamente mis putas emociones son una continua montaña rusa de altibajos. Pero es algo que no puedo controlar. Ojalá. Pero es inevitable acostarme siendo una estúpida feliz y levantarme sintiéndome vacía. Inherte. Esto no es de interés para nadie, está claro. Pero una tiene que buscarse lugares donde poder evadirse de toda esta puta sociedad llena de mentiras y recelos. En fin, acabo aquí. Porque nadie desayuna con diamantes y nadie vive romances inolvidables.
lunes, 25 de marzo de 2013
El futuro no es de nadie.
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¿Por qué será que me lo temía...?
ResponderEliminarQuiérete Marina, por favor.
ResponderEliminarNo más bucles, vete ya, desconecta y empieza una vida mucho mejor.