martes, 6 de mayo de 2014

Que alguien me saque de aquí. De estos cuatro muros de asfalto y olor a gas. Tóxico. Sólo necesito luz entre tanta mierda y oscuridad. Sólo necesito un hombro en el que apoyarme. Una palabra reconfortante. Una escapatoria. Un todo saldrá bien. Algo creíble. Nada de cumplidos. Algo.
Cuando sabes que tomes la decisión que tomes será la incorrecta. Cuando sabes que hagas lo que hagas te acabarás arrepintiendo de ello, ¿qué es lo que se hace en esas situaciones? No hay salida. Sólo puertas. Que se abren y se cierran. Y tú. Que vas y vuelves. Un vaivén continuo. No sé a quién acudir. Llorar sola no ayuda. Llorar con alguien menos. Llorar a algo puede. O solo, llorar, sola. Que hace que los problemas parezcan cada vez más grandes y me aplasten. Que mi visión de la realidad me ciegue y no me permita ver. Que me arrastre sin aliento sin saber a dónde voy. Sólo quiero saber cómo saber que estás haciendo algo por ti. Y no para contentar a los demás. Cómo tomar una decisión sin que te afecte la opinión de los demás. Sin jucios. Sólo quiero. Eso. No sentirme juzgada. Por ti. Por ella. Por el. Por todos. Por mi. Porque os juro que la autocrítica y el juicio a uno mismo es corrosivo, descabellado, cruel y perpetuo. Y clava puñales en mi espalda. Que me van hundiendo cada vez más profundamente sobre un terreno árido. Sin agua. Sin luz. Sin. Mi.

lunes, 28 de abril de 2014

Heridas.

No quería que llegase este momento. Pero es necesario. Entenderme. Entender. Por qué.
Por qué nunca pude ser feliz. Con ellos. Mis padres, como todos los niños, de vacaciones. Juntos. Navidades, lo normal. Si no era separados. No había nada. Ningún afecto por su parte. Ninguno por la mía. Es algo que desde pequeña vas desarollando. Y cuanto más tiempo pasa la bola se hace mayor. Hasta que te ahogas. Entre lágrimas. Entre palabras. Intento no respirar para no ahogarme. Hoy. Y siempre.
Nunca creer ser merecedora de ello. De amigos. De amor. Por mi. Estoy atrapada dentro de una puta red. Dentro de un muro. 
Despositas confianza en personas que aparentan ser lo que no son. Y así me va. Demuestro a quien no debo. Y aparto a quien me ama. Creí saber como actuar cuando llegase el momento. Y llega. Y me paraliza. No puedo hablar. No puedo pensar. Todo está cayendo. Conmigo. Con nosotros.
Nunca habían apostado por mi. No me habían hecho sentir importante. Simplemente. No quería irme. Y perderlos. Y perderte. Pero o estás de un lado. O del otro. Imposible a mitad.
Y ahora sólo se quiero perderme en tus pupilas. Y volver a verte sonreir. Como todas esas madrugadas en la que me dedicabas tus palabras. Tus insomnios. Tu mirada.
Seguiré luchando hasta quedarme sin aliento. Porque abrazarte es mi rutina preferida. Y querría hacerlo todos los días de mi jodida vida. Despertarme y verte a mi lado. Indefensa. Increíblemente pequeña y. Siento que si te pierdo se me sale el corazón por la boca. La impotencia se desliza por mis mejillas. Manchando mi cara de decepción. Decepción por no ser lo que siempre quise ser. Tu gran amor.
Aunque me de miedo, escribir es lo único que me queda. Los domingos empañan mis pensamientos. Puede que sea solo yo. O la lluvia que moja el cristal. O mi peor version. Y la más real. Puede que sea sólo drama. O simplemente sentirme más perdida que nunca y no encuentrar escapatoria. Tan solo un halo de luz. Tenerlo claro desde el principio hace que todo se distorsione y oscurezca al final. Oscuridad entre sábanas mojadas por la incertidumbre del futuro. Por el miedo al vacío. Al fracaso. A la decepción. Ser. Decepcionante. O ni si quiera ser. Nada. Hoy solo encuentro pesadillas envueltas en realidad. Hoy solo encuentro problemas que crei olvidados. No volver a encontrar, me, más.

domingo, 6 de abril de 2014

La nostra storia semplice.

Qué decir cuando ya no hay palabras. Qué hacer cuando ya no se puede hacer nada. Qué hacer cuando todo en lo que creías se desvanece. Sin esperártelo de nuevo. Seguimos. Nos paramos. Sigues. Te alcanzo. Me separo. Me acercas. Y el límite no sé quién lo pone. Ni hasta cuando. Pero no puedo evitar que el abismo me desespere. Y el abismo es tu ausencia. Preferir no respirar, para no ahogarme en un mar de olvidos y peleas. De celos. De caos sin orden. De desorden. De necesidades. Solo necesidades. Y mentiras. A ti. A mi. Un sentimiento que recíprocamente se apaga. Y ya no sé de quién es la culpa. Quizá solo sea un domingo negro y aterrador. Quizá sólo sea Vetusta. Quizá solo sea realidad. Quién coño lo sabe. Quién me sabe. Y a ti. Al final puedes pasar toda una vida junto a alguien que ni si quiera conoces por el mero echo de necesitarlo más que a ti misma. ¿Esto? El temor de no encontrar a alguien que nos vuelva a completar como hasta ahora, o simplemente el miedo a quedarnos solo. ¿Tan mala es la soledad? Ridículo que me haga estas preguntas después de pasarme tres cuarto de mi vida así. Quizá esa sea la razón, conocer un sentimiento que no puedes ni quieres volver a sentir. Yo ya no sé nada. Como nunca lo he sabido. Pero ojalá fuera diferente, de verdad. Ojalá por una vez en mi vida tuviera una sola certeza en vez del miedo asfixiante de no volver a ser. Nosotros.

viernes, 4 de abril de 2014

Me dueles. Me duelo. Por no saber expresar todo lo que significas para mi. Por no repetirtelo a diario. Por no demostrartelo. Por no hacertelo todo mas fácil y por ser tan complicada. Por todos los celos. Por todo lo que se me pasa por la cabeza a diario. Por el miedo a perderte y no volver a verte mas. Por seguir creyendolo aún después de todas tus ganas de convencerme de lo contrario. Por mi inseguridad. Por mis decisiones. Por mis errores y los que no quise ver. Por los malos momentos. Por herirnos en vez de amarnos. Por no contarnoslo todo. Por la desconfianza y el miedo. Por estar aqui ahora escribiendo. Pero te amo. Te amo a diario. Te amo a pesar no haber sido perfecta. A pesar de todo el sufrimiento. A pesar de mis enfados. A pesar de todo lo prestablecido. A pesar de mi confusión. A pesar de mi. Por que te amo mas que a eso. Mas que a mi misma. Y nunca podras saberlo porque eso es algo que solo puedo sentir yo. Que me duele y me arde dentro. Que noto como se me revuelve todo dentro cuando te tengo. Todo cambia contigo. Incluso consigues que yo lo haga. Por eso, gracias.

domingo, 30 de marzo de 2014

Alientos.

Haga lo que haga y pase lo que pase esto siempre acaba siendo mi vía de escape. Un refugio donde escribir y leerme para intentar entender que coño quiero. Aunque creo que por muchas entradas que escriba nunca resolveré ese misterio. Sé que una relación conmigo significa aceptar ser un puto kamikaze y que aún así te la sude, pero está claro que muy poca gente está dispuesta a tirarse a la piscina por mi, y si lo hacen, tarde o temprano saldrán de ella. Y me veo, inmóvil, fría y rígida, intentando agarrarme al último atisbo de salvación. Y poco a poco mis manos ceden y caigo en mi más profunda oscuridad. Donde sólo hay paz. Donde sólo. Sólo. Solo. Yo. Y ya no sé como encontrarme. Pero si sé cómo perderme. 

jueves, 27 de junio de 2013

Voy a llorar. Llorar. Llorar. Llorar. Llorar. Llorar. Llorar. Llorar. Y llorar. A todas horas. Sin control. Lágrimas que languidecen. Que se estremecen, una tras otras. Que resbalan. Y dilatan cada uno de los momentos que te dedica mi pensamiento.
Por favor. Sólo. Tú y yo. Tus manos entre las mías. Acariciándome. Respirándote. No sonrías. Caigo.
Enamorarse así no es sano. Pero dártelo todo no me importó. Tú eres todo. Y así lo seguirás siendo. Te quiero tal y como eres. Te odio de igual forma. Tienes defectos. Y te odio por cada uno de ellos. Y por tenerme desde siempre. Por aparecer. Y por desaparecer, sobre todo. Pero yo te busco. No me canso. Es vital. No puedo evitarlo. Te necesito. Aggg me repito tío. Lo odio. Los mismos dramas, miedos. Las mismas paranoias, ya más que vistas. No puedo con todo esto. Tú sigues con tu vida. Y yo me voy hundiendo en mi propio caos. En mi último intento de aferrarme a ti. Estúpida de mierda. No sé nada. No sé que digo. Y hablo sola. Y todo ok. Y ahora PUTAS GANAS DE SEGUIR EL SHOW Y DE CONTINUAR MINTIENDO Y EN UN TRAVELLING ALGO VELOZ SALE UN FIN EN NEGRO Y AAAAAAAAAAAAAH JODER HIJO DE PUTA TE QUIERO Y ya paro, en serio. Estoy delirando. "Pero no me estoy rindiendo. Estoy sucumbiendo". Hablar contigo me alivia, y saber lo que piensas es bien. Pero me voy porque de verdad, joder, de verdad, que no sé nada. Que te quiero y ya.

domingo, 9 de junio de 2013

Escribir para avanzar. Y progresar. Para no estancarme. Para entenderme. O no. Y canalizar. Y callarme las ganas de mandarlo todo a la mierda. Porque sé como acaba la historia. Y me niego. Y los días se hacen cada vez más cortos. Y los momentos se consumen al contacto de mis dedos con tu rostro. Y me rompo en mil imperfecciones que te buscan sin respuesta. Porque estás sin estar. Y no hay salida. Y yo tampoco. No me dejas. No nos dejamos.
Querernos se convirtió en algo esporádico. Utópico. Opcional. Quizá dramatice. Inevitable. Son dos realidades. La objetiva o la visceral. Y si esto es demasiado, me importa poco ya. Porque lo he dado todo. Cuando debía haber razonado. El control. De mis emociones cuando te pienso. Aún sigue ahí. Es verte y aún tiemblo. No es bueno. Ni malo. El principio del fin. El comienzo de yo, hecha trizas, sangrando las mismas heridas, congeladas en el tiempo, por un solo instante en tu pensamiento.
Escribo para calmar. Para no hablar de más. Consolar. A una idiota que espera con todas sus fuerzas que la salven. Irreal. Incontrolable. Lo siento. Necesito esto. Es perfecto. Por momentos. Antes de todo el dolor y el sufrimiento. Por pensar que todo esta por dentro. Que nada de esto es lógico. Desvaríos.
Soy incapaz de darle la vuelta. Verlo todo de otro modo. Lo intento. Y aquí sigo. Hasta que se vuelva a parar el tiempo. Y volvamos a encontrarnos en este mundo incierto.
Matadme.

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